Queso fresco

Los quesos frescos son quesos sin corteza ni curación que están listos para consumirse inmediatamente tras su producción. Se hacen con leche pasteurizada y tienen distintos niveles de contenido de grasa. El quark, el requesón, los formaggini, la mozzarella, el petit suisse y algunas especialidades como el queso crema o el queso crema doble son algunas de las clases más conocidas.
La duración del queso fresco viene indicada en el paquete correspondiente. Especialmente en verano hay tener cuidado con que no se rompa la cadena de frío a la hora de transportarlos. Los productos hechos con queso fresco deben conservarse en el envase original o en un recipiente de plástico cerrado a una temperatura máxima de 5 °C. Los quesos frescos se pueden consumir tanto en frío como en caliente de muchas formas, por ejemplo en rellenos, cremas, salsas o para hornear.