Tilsiter
Una marca fuerte

Los emigrantes suizos difundieron el arte del queso en muchos países. Lo mismo ocurrió en la antigua Prusia Oriental, que hoy en día pertenece a Rusia. Desde allí, desde una pequeña ciudad llamada Tilsit, Otto Wartmann de Turgovia regresó a casa en 1893.
Tenía una receta de queso en el bolsillo de su abrigo. La refinó en el horno de leña de la hermosa Bissegg, Turgovia. Y cultivó la producción de queso con unos estándares de calidad completamente nuevos. El Tilsiter suizo estaba finalmente en casa.
Leche fresca, procesos estandarizados y control constante: esa es la receta para un Tilsiter suizo impecable.
Producir calidad en el Tilsiter tiene que ver con la alegría y el amor. Porque el queso es un arte. Y el amor es parte del arte tanto como la leche del queso.
El Tilsiter suizo existe desde 1893. La receta sigue siendo la misma. También lo es el desafío: hacer un queso que no deje de asombrar.