El Emmentaler AOP, famoso por sus agujeros, procede del valle del río Emme, del que toma el nombre, y se elabora desde hace más de 700 años de forma tradicional; se trata de un queso muy versátil en cocina, de sabor puro y suave, con un característico toque a nuez

 

Qué mejor manera que celebrar el día del amor regalando no solo la icónica rosa, sino también uno de los mejores quesos del mundo según los World Cheese Awards: el Emmentaler AOP, el inimitable y original gigante suizo con agujeros. Del 16 al 26 de abril, 10 restaurantes top de Barcelona regalarán una rosa a quienes degusten su tapa elaborada para la ocasión con queso Emmentaler AOP, entre ellos grandes mesas como Per Feina, de Rafa Zafra; La Gormanda, de Carlota Claver; Thonet, de Albert Ventura, o Galileo, de Gabriele Milani.

Además, cerca de 200 puntos de venta en toda la provincia regalarán también una rosa a los clientes por una compra mínima de 300 gramos de Emmentaler AOP.

Así, en ‘Digues-l'hi amb fortmage by Emmentaler AOP’ participarán los restaurantes:

Cruix (Entença, 57). El chef Miquel Pardo propone cocina mediterránea y popular con toques creativos en este restaurante de L'Eixample de ambiente informal y fantástica ubicación, reconocido con un Bib Gourmand de la Guía Michelin. La tapa que servirá es un capuccino de cebolla con queso Emmentaler AOP.

Per Feina (Ciutat de Granada, 130). El restaurante de menú del chef Rafa Zafra, en Poblenou, apuesta por la cocina de barrio a precios populares. El diáfano local, muy luminoso y con atractiva barra en la entrada, es perfecto para degustar sus macarrones a la barcelonesa con butifarra y setas, gratinados con queso Emmentaler AOP.

La Gormanda (Aribau, 160). Carlota Claver es una de las cocineras catalanas más destacadas de su generación. En La Gormanda utiliza productos de proximidad y de temporada para dar lugar a elaboraciones mediterráneas y familiares, como su crujiente de Emmentaler AOP, con espárragos verdes, senderuelas y butifarra del perol.

La Tartarería (Muntaner, 26). La filosofía raw food es el eje de la casa de Pedro Silva, en L'Eixample, con Bib Gourmand. Con su materia prima de gran calidad, propone para estos días un bikini de ternera ecológica trufado con Emmentaler AOP.

Llamber (Fusina, 5). Fusión gastronómica en la taberna de Ángel Palacios, frente al Mercat del Born. En línea con su cocina catalano-asturiana con filosofía slow food, ofrecerá una fondue de queso Emmentaler AOP con langostinos.

Tramendu Encenem els fogons (passatge d’Andalusia, 8). En el sencillo local de Jordi Marzo abogan por producto de calidad, trato casero y precios razonables. Su estilo mediterráneo de cocina se refleja en la tapa preparada para la ocasión: canelón elaborado con suero de Emmentaler AOP y Emmentaler AOP rallado. 

Deliri (Còrsega, 242). El chef David Morera ofrecerá en Deliri, un restaurante de ambiente sencillo y que pone en valor el sabor de los productos, amuse-bouche de Emmentaler AOP con 12 meses de maduración.

Thonet (Escudellers, 8). Restaurante modernista de tapas, cocina mediterránea y de mercado en el barrio gótico del centro de Barcelona, dirigido por el chef Albert Ventura. En este grill-room-bar se ofrecerá croquetas de cecina con queso Emmentaler AOP.

Galileo (Aribau, 152). Este cocktail-bistrot en el corazón del Eixample ocupa un local elegante de estilo minimalista. El chef Gabriele Milani ofrece una propuesta mediterránea que se combina aquí con los cócteles de Giacomo Giannotti (Paradiso, que ocupó el número 1 en el ranking The World’s 50 Best Bars). Su tapa es un espárrago blanco con espuma de Emmentaler AOP, patata aliñada con chipotle y crujiente de Emmentaler AOP.

La Esquina (Bergara, 2). Un bar-bistró en el corazón de Barcelona con mucha barra y poco mantel, perfecto para probar la tapa de Alexis Peñalver: arroz a la milanesa de Barcelona (carnaroli, jamón ibérico, guisantes del Maresme, infusión de azafrán y gratin à la minute de Emmentaler AOP).

 

El queso Emmentaler AOP

El Emmentaler AOP suizo es el original con agujeros. Procedente del idílico valle del río Emme, famoso por la belleza de sus paisajes salpicados de colinas, se elabora únicamente con ingredientes naturales y siguiendo un proceso artesanal y tradicional que se ha conservado desde el siglo XIII. En dichas colinas pastan en libertad las vacas que dan la leche que se usa en su producción. Los animales se alimentan solo de pastos naturales, y su leche –fresca y sin aditivos– se envía diariamente a las pequeñas queserías donde se elaboran las reconocibles ruedas de Emmentaler AOP.

Es conocido como el gigante suizo, puesto que se trata de la variedad helvética de mayor tamaño; concretamente, el diámetro de sus ruedas está entre 80 y 100 cm, con un peso medio de 90 kg. El origen de sus dimensiones se remonta varios siglos, ya que los queseros del valle se vieron obligados a elaborar una sola gran rueda de queso al día en lugar de varias pequeñas para ahorrar en el pago en aduanas.

De igual forma, es famoso por sus numerosos agujeros, con un tamaño entre los 2 y los 4 cm de diámetro, que se forman a lo largo del proceso de maduración. Su curación oscila los 4 y los 12 meses. Es un queso que se caracteriza por un sabor puro y suave, con un peculiar aroma a nuez, fruto de la dieta de las vacas de la región. Estos matices organolépticos lo convierten en un queso muy versátil, una apuesta segura para disfrutarlo tanto en crudo como en platos fríos y calientes.

 

Los quesos de Suiza

Los Quesos de Suiza son famosos en todo el mundo gracias al cuidado y a las características artesanales con las que se elaboran. El pastoreo de las vacas es obligatorio en Suiza, país donde está totalmente prohibido el uso de hormonas y antibióticos en la crianza de ganado y donde ningún queso puede producirse con aditivos químicos.

Para elaborar un queso suizo se utiliza casi el doble de leche que para fabricar un queso de producción industrial. Las queserías reciben dos veces al día la leche recién ordeñada para garantizar la elaboración de un producto fresco y sano. El uso de leche cruda, no pasteurizada, posibilita un sabor más intenso y potencia los aromas derivados del pasto y los forrajes.

La rigurosa normativa, sometida a un estricto control por parte de la Oficina Federal de Agricultura de Suiza, garantiza la elaboración tradicional del producto desde el origen de la cadena hasta el final, momento en el que un tasador certifica que el queso tiene la suficiente calidad para llevar el sello de su región quesera. De esta manera, la denominación de origen suiza es garantía de un producto absolutamente natural.